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Gemelos Airlines


.-"Gracias por viajar con Gemelos Airlines, les habla su capitán (un gemelo) para informarles que hemos alcanzado velocidad crucero, volamos a una altura de 60 centímetros sobre el nivel del asfalto y con velocidad promedio de 100 km/h. Llegaremos a nuestro destino en aproximadamente 1 hora; mientras tanto pueden reclinar sus asientos, bajar los vidrios, cambiar de asiento, comer, hablar y cantar como un loco las canciones que pondremos a todo volumen. Les recomendamos apagar los celulares o usarlos solo para tomar buenas fotos. Si tienen alguna duda por favor consultar a nuestro personal a bordo (el otro gemelo) quien amablemente le importará un rábano sus peticiones y se asegurará que se diviertan. Feliz viaje y gracias por volar con nosotros...!!!"-.

Quien estuvo en esa época en que tuvimos un "avión" por coche seguro se sentirá feliz con esta nota. Si llegaste a tomar un viaje con nosotros créenos cuando te decimos que -eres especial-, pues te subiste a bordo del único auto en el que tanto el abordaje, como el recorrido, el destino y el regreso, eran dignos de ocupar espacio memorable en nuestro hipocampo. Y decimos que es especial porque duró poco, pero ¡vaya que se aprovechó!...

Lo recordamos (al gemelo-móvil) con cariño porque en él hicimos coincidir a tanta gente genial, para crear momentos súper-especiales, en sitios donde tal vez otros no hubiesen llegado y no se hubiesen divertido tanto, con aventuras cuyo nivel de improvisación y desorganización fue tal que ni fotos se tomaron, no hubo manera de mesurar el nivel de diversión que se alcanzó, siempre cuidando los bolsillos del derroche pero asegurando que cada detalle llevara al éxtasis total. Le debemos un mogollón de paseos, viajes de 16 personas en un coche hecho para 11, cientos de sesiones de karaoke con música full volumen y de todos los géneros (muchas de esas canciones aún hoy te llevan de viaje con solo escucharlas), miles de risas y charlas,

conversaciones emotivas, decenas de comidas, un coñazo de juguetes, unas cuantas mudanzas, varios cumpleaños con globos, y hasta un par de sobornos por manejar sin licencia... ¡pero feliz!

Decir que quedábamos pletóricos en cada viaje sería como lanzarle un aguaymanto a un drone...nos quedaremos cortos... Pero sí puedo decir que los recuerdos que guardamos de ese corto pero suculento periodo de goce en el gemelo-móvil son increíbles... y algunos irrepetibles.

Por allí pasaron los amigos y los no tan amigos, los que nos querían y los que no tanto, los amigos grandes, los amigos chicos, las niñas guapas, los locos, los serios, los que cumplían años, los callados y los que no cerraban el pico en todo el puto viaje, los que cantaban y los que bailaban sentados, los que se mareaban y los que se orinaban, los que no usaban el cinturón y los que rezaban por seguridad, los que tenían licencia de conducir y los que no, los buenos copilotos y los que babeaban dormidos ni bien arrancaba el coche, los del complejo de GPS, los que preguntaban cada 5 minutos "¿ya llegamos/cuanto falta?", los que se quitaban los zapatos, los que comían, los que bajan el vidrio cuando hacía frío, los que siempre se les quedaba algo en casa, los que viajaban ligeros y los que empacaban la vida entera para un paseo de ida y vuelta, los que se encargaban de que en el botiquín no faltara ni una curita y los que solo llevaban alcohol del que se bebe y no del que cura, los que iban, los que venían, los trabajadores, los jubilados, los socios que son más amigos que socios, los banqueros, los artistas, el de la guitarra, los abogados, los famosos, la familia, desde el abuelo Napo hasta la mismísima Agatha Ruiz de la Prada disfrutaron y compartieron asiento y plática con nosotros en ese coche digno de un premio nobel de la paz.

He aquí un consejo para los que tienen auto o piensan comprar uno. Úsalo para generar contenido emocionante en tu vida, porque tanto el destino como el viaje tienen esa mágica chispa que nos puede hacer desbordad de felicidad. Así que mide el rendimiento de tu combustible por algo más que el kilometraje. Tu carro es más que un medio de transporte del trabajo a casa. Puede llevarte más lejos de lo que esperas y transformarse en lo que tú quieras; el salón de tu casa, una disco, un parque, un karaoke, una restaurante de lujo, un hotel 5 estrellas, el café de la esquina, el bati-móvil, o hasta el consultorio del psicólogo... En nuestro caso, era un puto, impresionante y divertido avión... Así que ¡anda!, ve y llena tu carro de familia, de amigos, de conversaciones, de risas, de intimidad, de arena de aquel divertido día playa, de barro de las llantas tu bici, de envolturas de nutella y migas de galleta de ese divertido paseo al parque, de regalos secretos, de mochilas de colores de la vez que buscaste de sorpresa a l@s niñ@s en el cole, de corchos de vino de un buen picnic, de equipajes interesantes, de souveniers, de historias divertidas, de recuerdos... ¡de vida!... (ah, y de gasolina jaja).

"...tanto el destino como el viaje tienen esa mágica chispa que nos puede hacer desbordar de felicidad..."

Solo para aclarar, el coche sigue alli, llenandose de historias, pero las cosas son algo diferentes ahora. Ademas, nos compramos una bicis para andar por la ciudad y allí si que no cabe tanta gente, pero sí muchas historias que luego les contaremos. De todo modos, cuando nos toque comprar de nuevo un auto, pensaremos en todo esto y nos aseguraremos de que sea un "avión".

De momento, ¡gracias por haber viajado con nosotros!...


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