Ruta - El Silencio
Últimamente andamos un poco obsesionados con eso de andar en bici a todos lados. No es algo nuevo, solíamos andar en bicicleta todo el día en Caracas, pero entre una cosa y la otra tuvimos un periodo de abandono y pues tenemos unos meses retomando el hábito. Además de que nos viene muy bien para estar felices... es imposible estar de malas mientras vas en una bicicleta ¡comprobado!
Decidimos hacernos un viajecito a un destino chévere para recordar viejos tiempos. Así que, sin muchas planificaciones ni protocolos nos mandamos un viernes a la playa (El Silencio, una cerquita para empezar).
Agarramos la bici en la mañana y comenzamos la ruta cerca de las 10:20 am directamente en la autopista que va al sur. El viaje fue suave, cortito y además relajante. Apartando a un camionero enajenado y un taxista cabeza de ñame, todo estuvo tranquilo; los autos en lo suyo y nosotros, pues en lo nuestro. Hasta el sol se comportó a la altura haciendo del dia estupendo sin "achicharramientos".
Paramos unas cuantas veces, no por descansar, sino porque cuando vas en bici ves el mundo con otros ojos, observas cada rinconcito del camino y te provoca bajarte a curiosear en cada esquina y cada vaina (¡mira, un animal muerto! paremos a verlo). De hecho, a mitad del camino nos topamos con una casita escondida llena de antigüedades estupendas y ¡obvio! nos metimos a husmear. Tenían de todo, y cada cosa más genial que la otra. Desde impresionantes muebles de madera, pinturas, esculturas e incluso artesanía de la cultura shipibo-conibo (de quienes haremos un trabajo pronto)... hasta soldaditos de plomo, una revista para adultos del ´70 y una estatua de madera con problemas de "espacio personal".
Un poco más adelante nos topamos con este letrero de tránsito con un mensaje un tanto "ambiguo". No comments...
Llegamos a la playa cerca de la 11:45 (hicimos buen tiempo) y nos recibió una espléndida vista de la costa... y un inodoro al aire libre el cual íbamos a usar pero no había papel, así que desistimos ¡que lástima... pa´ la próxima fijo!
La playa muy linda, sin embargo tenemos una firme opinión que a todos los Venezolanos nos la pusieron bien difícil para agarrarle cariño a una playa fuera de nuestro país. No negamos que la pasamos bien, pero nada como esas playas. En fin, nos tumbamos el resto del día al sol con buena compañía (¡información clasificada jaja!); cevichito, champagne (Asti de Zonin que está muy bien por estos lados), ronda de acrobacias, un par de sesiones de nado y volvimos antes de que anocheciera (¡perdón pero volvimos en auto jaja!, la próxima será ida por vuelta).
Haremos rutas de estas cada que podamos, añadiendo kilómetros en cada viaje para ir más lejos y conocer más sitios. Con esto queda formalmente inaugurada la temporada de entrenamiento para pronto irnos a recorrer países sobre la bici... a ver qué tal nos va con esta loca idea.
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