En un rincón de Castilla
- enabaro
- 30 abr 2016
- 2 Min. de lectura

Hay sitios a donde siempre es divertido regresar. De esos a los que a veces no vas por un tiempo pero sabes que al volver suspiraras relajadamente. La semana pasada regresamos a darle color al barrio.. ¡y vaya que fue genial! Aquí instalamos una de nuestras primeras obras... bueno, no fue la primera, pero fue aquí donde hubo un "antes y un después". El mismo pasillo, el mismo lugar, casi los mismos colores.
Recibimos un mensaje bien temprano, donde nos invitaban a colocar una nueva obra en sustitución de la pieza anterior, "Travesía de Luz", que instalamos allí el año pasado para CasaCor. La pobre ya estaba viejita y deteriorada por la intemperie frente al mar y tuvo que ser retirada.
Sin pensarlo dos veces aceptamos la invitación. La verdad es que le tenemos un gusto tremendo a este acogedor y vibrante rinconcito de Castilla. Fue solo llegar y re-encontrarnos saludando a todo el mundo y a la media hora ya había gente ayudando con la instalación.
En fin, decidimos instalar una pieza muy bonita que teníamos casi lista. Un enorme triangulo de cintas que exhibimos hace un tiempo en un hermoso centro comercial de Lima. Básicamente era una estructura triangular desde la cual cuelgan miles de cintas de muchos colores, creando un semi-sólido flotante a primera vista, pero que cuando el viento sopla vibra en una explosión de color. Una adaptación que hicimos del hermoso trabajo de la arquitecta francesa Emmanuelle Moureaux llamado "100 Colors Nro. 03", instalado en el Shinjuku Central Park (Tokio) en el 2014.
Pasamos medio día preparando e instalando la obra, entre una sabrosa música criolla que te ponía a mover los pies sin que te enterases y un ir y venir de gente sonriente saludando y ayudando. Al cabo de 4 o 5 horas todo estaba listo y la pieza colgaba apacible y radiante ente las dos antiguas casonas, dando alegría y color (y un poco de sombra) a todo el movimiento que sucedía bajo ella.
Tanto sonreír y trabajar siempre te deja con ganas de un trago, así que, bien dispuesto nos sentamos en la inmensa barra de madera, que hace décadas solía ser un mostrador en una tienda de sombreros, y nos pedimos un bien merecido "cuba libre". No hay nada más sabroso que pegarle a una barra de madera con la palma de la mano y gritar - ¡mozo, deme un trago que hoy estoy feliz! -.

Los invitamos a darse una vuelta por el Callao y admirar todo lo lindo que se está haciendo por allí. Galerías de arte, música de la mejor, comida riquísima, talleres para niños y adultos, y todo bajo una onda colorida, alegre y llena de buena vibra. Si vas, no olvides tomar un respiro y tomarte una foto bajo nuestros colores. #EFECTOGEMELO

Comments